El Nàstic fuerza la prórroga pero la Real Sociedad B resiste y logra el ascenso

Real Sociedad "B" 1

Gimnástic Tarragona 2

Los grana encajaron un penalti en el tiempo extra que fue imposible de remontar.

Lo tuvo en sus manos, pero el Nàstic de Tarragona no consiguió el ansiado ascenso a Segunda División A. Gracias a los tantos de Jaume Jardí, en el primer acto, y de Joan Oriol, en el segundo, los de Luis César forzaron la prórroga. Lo tenían muy cerca, pero una pena máxima por manos de Antonio Leal acabó con el sueño grana. Fueron mejores los tarraconenses, pero el 1-3 de la ida fue demasiada losa.

Era la final de finales, y así se lo tomaron ambos equipos. Mientras que los locales quisieron llevar el peso del partido, y en algunos momentos lo consiguieron, los visitantes vigilaban y medían la mejor forma para poder hacer daño y meter miedo al rival juego, fue el primero en avisar. Gran galopada del punta grana para disparar con pierna izquierda. Eso sí, muy tibiamente, a las manos de Egoitz Arana.

Tampoco se amedrentó el Sanse, que buscó reaccionar. En el 22’, con una volea de Mikel Rodríguez que se perdió por encima de la portería rival y, en el 28’, con un remate de Astiazaran tras una gran contra, que también se marchó alto.

Cuando más igualado estaba el duelo, apareció la magia de Jaume Jardí para adelantar al Nàstic y disparar la ilusión de los catalanes. Fue un centro desde la derecha, con la zurda de seda del reusense. Se fue envenenando, botó dentro del área y se coló hasta el fondo de la red.

Pero el Nàstic necesitaba más, mucho más. Un gol para llegar a la prórroga y dos para ascender sin tener la necesidad de jugar el añadido de 30 minutos. Por ello, los de Luis César se volcaron al ataque.

La entrada de Víctor Narro, por la izquierda, y de Marc Fernández significó una gran inyección de energía para los tarraconenses. El partido se convirtió en un monólogo visitante. Los vascos no entendían qué estaba sucediendo, pero una apisonadora les estaba pasando por encima en su propio feudo.

Y en una de estas, llegó el segundo. Narro luchó hasta la saciedad un balón, hasta el punto que el meta Egoitz Arana tuvo que cometer penalti sobre Álex Jiménez, que se lanzó a por el rebote de la jugada que había peleado su compañero. Joan Oriol no falló desde los once metros y, en el 78’, igualó la eliminatoria.

Se viio más al Nàstic que de la Real hasta el final del tiempo reglamentario pero se llegó a la prórroga y quedaba un mundo por disputarse.

Pocas fuerzas quedaban, pero ambos conocían la necesidad de marcar. Los locales, para conseguir medio ascenso y, los visitantes, para dar un pasito más hacia el sueño. Con 0-2, el ascenso era vasco y, por ese motivo el mayor empuje venía de los catalanes. Un gol les devolvía a la profesionalidad.

Fue en la segunda parte de la prórroga cuando sucedió todo. Justo al empezarla, el colegiado señaló pena máxima a favor del Sanse por manos de Antonio Leal. Tampoco falló Guibelalde, que puso el 1-2. Casi un imposible para el Nàstic.

Se le hizo demasiado cuesta arriba a los grana, que lo tuvieron en sus manos, pero que tuvieron que sufrir un nuevo varapalo. El tercero en cuatro años.

Ficha técnica